Para evitar la persecucion de Stalin, la poeta Anna Akhmatova quemo sus escritos y en su lugar enseno de memoria a un circulo de amigos las palabras de su poema Requiem. Al volverse ‘pre-Gutenberg’ aseguro su supervivencia, escribe Martin Puchner.
Cuando Anna Akhmatova comenzo a trabajar en su largo poema Requiem en algun momento de la decada de 1930, sabia que no se le permitiria publicarlo. Stalin estaba manteniendo un estricto control sobre las imprentas, y no respaldaria un poema que lidiaba con el gulag, el vasto sistema penitenciario que su regimen habia establecido en toda la Union Sovietica. Sin inmutarse, Akhmatova escribio el poema de todos modos, entrelazando su experiencia de estar fuera de la prision con otra mujer desesperada, con la esperanza de vislumbrar a un ser querido o una noticia alentadora, con otras impresiones de la vida bajo Stalin.
Su control se extendio mas alla de las imprentas a la mayoria de las areas de la vida. Akhmatova sabia que la policia secreta podria registrar su apartamento y encontrar sus escritos, por lo que quemo el papel en el que compuso borradores del poema, despues de aprenderlo de memoria. Pero, ¿y si fuera arrestada y ejecutada?
Para asegurar la supervivencia de su poema, se lo enseno a sus amigas mas cercanas que recordarian el poema despues de su propia muerte. Llamo a esta situacion ‘pre-Gutenberg’ porque el terrorismo de Estado la habia obligado a ella y a otros escritores clandestinos a vivir como si la imprenta nunca se hubiera inventado.
Sus mentes se convirtieron en el papel en el que Akhmatova conservo y reviso su poema palabra por palabra, coma por coma, con la precision tipica de la literatura elaborada pensando en la permanencia de la escritura.
Incluso esa descripcion era un eufemismo, ya que Stalin obligo a Akhmatova y sus amigos a vivir en algo que casi se parecia a una cultura oral, reducidos como estaban a recitar palabras de memoria. Casi, pero no del todo: Akhmatova habia compuesto su poema en papel, no oralmente, y Requiem no tenia ninguna de las estructuras de la literatura oral, como bloques de construccion intercambiables, frases repetidas e improvisacion.
La improvisacion era particularmente intolerable para Akhmatova. Cuando hizo cambios a su poema, les pidio a sus amigos que los recordaran, insistiendo en que el borrador final del poema fuera el que recordarian de ahora en adelante. Fue un recordatorio de que los amigos de Akhmatova no eran poetas orales o bardos: sus mentes se convirtieron en el papel en el que Akhmatova conservo y reviso su poema palabra por palabra, coma por coma, con la precision tipica de la literatura elaborada con la mirada puesta en la permanencia de escritura.
Akhmatova tenia buenas razones para estar preocupada por Stalin, quien estaba particularmente obsesionado con la literatura. Akhmatova se habia hecho un nombre en la era prerrevolucionaria, llegando a ser conocida como la Safo rusa, y esto la convirtio automaticamente en sospechosa en el nuevo mundo introducido por la Revolucion Rusa.
Trato de encajar en el nuevo sistema, pero Stalin siguio sospechando y la mantuvo bajo estrecha vigilancia. Akhmatova llego a aprender que peor que un regimen indiferente a la poesia, era uno obsesionado con ella.
Un poema sobre el terror, sobre la experiencia de vivir bajo el totalitarismo, un poema que nombra al jefe de la policia secreta y captura los efectos deshumanizantes de todo el sistema, nunca seria tolerado.
La vida de los escritores disidentes mejoro cuando Stalin se distrajo con la Segunda Guerra Mundial (Akhmatova recurrio a la radio para animar a sus conciudadanos de San Petersburgo, recientemente rebautizado como Leningrado), pero Akhmatova cometio el error, justo despues de la guerra, de reunirse con el joven intelectual britanico Isaiah Berlin. Cuando Stalin se entero de la reunion a traves de un informante, se informo que dijo: «entonces la monja se ha estado reuniendo con espias extranjeros» (los ataques anteriores contra Akhmatova la habian etiquetado como monja). Fue solo despues de la muerte de Stalin en 1953 que Akhmatova pudo esperar volver a convertirse en poeta publica.
Pero incluso en este nuevo clima, nunca se toleraria un poema sobre el terror, sobre la experiencia de vivir bajo el totalitarismo, un poema que nombrara al jefe de la policia secreta y capturara los efectos deshumanizadores de todo el sistema. Stalin estaba muerto, pero el sistema de censura que habia creado seguia vigente.
Sin acceso a la impresion, los principales escritores disidentes crearon un sistema clandestino de publicacion basado en ediciones manuscritas o copias al carbon hechas con maquinas de escribir (se podian hacer hasta 15 copias al carbon en una sola sesion). Este sistema de publicacion, aun anterior a Gutenberg, se llamaba samizdat , o autoedicion, en contraste con la alternativa tamizdat , o publicacion en el extranjero, que implicaba el contrabando de manuscritos fotocopiados a Occidente, su publicacion alli y su contrabando.
Samizdat comenzo con poemas, que eran breves y, por tanto, faciles de multiplicar a mano oa maquina, pero pronto se extendio tambien a las novelas y los ensayos politicos. El material de Samizdat generalmente se leia solo o en grupos en una sola sesion, a menudo por la noche, y se pasaba al siguiente lector confiable. Iba contra la ley y era arriesgado, pero resulto imparable. Solo un regreso al terror de Stalin podria haberlo detenido, y nadie tenia el estomago para una nueva ola de represion a esa escala.
La censura y el control estatal sobre los escritores habian convertido a esos escritores en heroes de la resistencia, convirtiendolos en los enemigos mas peligrosos del regimen.
Gradualmente, samizdat aumento su alcance, convirtiendo la literatura disidente rusa en un arma potente. Paradojicamente, la censura estatal y el control sobre los escritores habian convertido a esos escritores en heroes de la resistencia. Su poder no funciono de inmediato, pero funciono con el tiempo, convirtiendo a estos escritores en los enemigos mas peligrosos del regimen.
Requiem se publico en el extranjero (tamizdat) durante la vida de Akhmatova, pero no en su pais de origen, donde el poema siguio circulando clandestinamente. El mismo hecho de que fue suprimida le dio mayor importancia, erosionando lentamente la legitimidad del regimen. Requiem se publico solo en la decada de 1980, cuando Akhmatova fue rehabilitada oficialmente por Mikhail Gorbachev, un ano antes de que la Union Sovietica dejara de existir.
Cuando leo Requiem ahora, me siento atraido por sus poderosas imagenes, por una voz que registra los efectos del terror en la vida cotidiana y por los fragmentos de conversaciones escuchadas dispuestas en vinetas individuales que crean un poderoso efecto de desesperacion y resistencia. Me conmueve la historia del poema y las luchas que fueron necesarias para que fuera publicado y llegara a mis manos. Sobre todo, estoy asombrado por la lucha desigual entre Akhmatova y el estado, y que fue Akhmatova quien gano.