En las ultimas decadas, el mundo occidental ha tenido una fuerza laboral cada vez mas especializada, con trabajadores capacitados en habilidades limitadas, para puestos cada vez mas limitados. Sin embargo, cuanto mas limitados se han vuelto nuestros trabajos, menos capaces nos hemos vuelto para inventar nuevas tecnologias, productos e ideas.

Las ideas innovadoras tienden a provenir, no de expertos especializados, sino de generalistas. Pero en la economia actual, la educacion se centra casi por completo en las habilidades vocacionales y especializadas, creando un efecto negativo en el pensamiento innovador y la creatividad.

Cuanto mas especializada se vuelve nuestra fuerza laboral, menos capaces somos de ver como nuestra industria se relaciona con otras industrias. Tambien nos volvemos menos capaces de inventar algo que se ajuste a la brecha de conocimiento entre una industria y la siguiente.

La especializacion de la fuerza laboral ha sido impulsada por un sistema denominado “inflacion academica”. Donde antes ciertos trabajos requerian solo un certificado de escuela secundaria, ahora requieren una licenciatura, una maestria o un doctorado. Los empleadores han comenzado a exigir cada vez mayores calificaciones, incluso para los puestos mas jovenes.

A medida que aumentaron los requisitos educativos, los solicitantes de empleo respondieron obteniendo mas titulos y dedicando mas tiempo y dinero a la educacion. El objetivo ha sido especializarse temprano y convertirse en un experto en un campo.

Esta cultura de la pericia ha tenido un efecto cada vez mas negativo sobre la capacidad inventiva de nuestra economia.

Durante el siglo pasado, ha habido una disminucion en la tasa de patentes de nuevas tecnologias, lo que se correlaciona con un aumento en la cantidad de expertos que trabajan internamente en equipos de innovacion. Cuantas mas personas se especializan para acceder a estos equipos de innovacion, menos creativas se vuelven una vez que llegan alli. Cuantas mas empresas privadas se dedican a contratar inventores expertos, menos inventos se producen.

Junto con una disminucion general en el patentamiento, tambien se ha producido una disminucion en el numero de jovenes que producen invenciones. Si los inventores requieren doctorados y certificaciones para ingresar a las empresas, entonces la sociedad pierde su capacidad inventiva entre los veinte y los treinta anos, agregando una capa adicional a un problema existente.

Un analisis de los ganadores del Premio Nobel muestra que la edad promedio de los ganadores ha aumentado cinco o seis anos por siglo. Los datos indican que los doctorados y otras calificaciones han tenido un gran impacto en la edad en la que alguien es mas inventivo.

Donde Einstein fue mas productivo a los veinte anos, durante el siglo pasado solo el 7% de los ganadores del premio tenian veinte anos. Ahora es evidente en los datos una posible «edad perdida» de las invenciones, en la que los empleados mas jovenes no tienen acceso a subvenciones, financiacion o puestos de trabajo.

Una ultima preocupacion de una mano de obra especializada es la disminucion de las invenciones «revolucionarias». Durante el ultimo siglo, a medida que los inventores se han convertido en expertos internos, se han alejado cada vez mas de inventar algo nuevo y, en su lugar, estan recombinando cada vez mas tecnologias antiguas. Esto esta conduciendo a una disminucion en el numero de tecnologias que revolucionan la sociedad humana.

En pocas palabras, estamos creando iPhones en lugar de bombillas. Donde el iPhone simplemente recombina las herramientas existentes para crear algo nuevo, la bombilla fue revolucionaria en la creacion de varias industrias nuevas.

Una nueva investigacion tambien sugiere la utilidad de tener generalistas en los equipos de innovacion, en lugar de expertos especializados. Los avances surgen cuando alguien puede combinar muchas ideas.

La clave para ser uno de estos generalistas es pensar de manera amplia (no profunda) sobre una variedad de temas, en lugar de un solo tema. Como escribio una vez Bertrand Russel:

Hay algo perdido, cuando muchos autores cooperan. Si se puede obtener alguna unidad en una idea particular, existe la necesidad de sintetizar toda la informacion relevante «en una sola mente».

Por lo tanto, la solucion a nuestra capacidad innovadora perdida podria ser relativamente simple.

En lugar de centrarnos en contratar especialistas o expertos en un campo en particular, debemos contratar generalistas de mente amplia, capaces de pensar fuera de la caja. La contratacion de innovadores independientes fuera de las estructuras institucionales podria ser una forma de protegerlos de las presiones de la especializacion.

La financiacion y las subvenciones tambien deberian estar menos vinculadas a cuanto se ha especializado alguien, y mas a cuan inventivos o creativos son en realidad. Nuestro sistema deberia avanzar mas hacia este tipo de ideal basado en el merito, en lugar de centrarse en la experiencia y la certificacion.

Mas alla de esto, las empresas pueden considerar desafiar al personal con pensamiento lateral. La clave es empujar al personal mas alla de sus trabajos limitados y hacia nuevos campos y esfuerzos que los desafien a pensar de nuevas maneras. Los trabajadores mas jovenes, en particular, deberian desempenar un papel mas importante contribuyendo a las ideas, productos e invenciones de una empresa, en lugar de quedar excluidos hasta que hayan obtenido los titulos o cualificaciones pertinentes.

Los beneficios de una mano de obra especializada deben reconsiderarse a la luz de esta nueva evidencia sobre la reduccion de la capacidad inventiva. Si nuestra economia va a ser innovadora, creativa y diversa en pensamiento, tambien debe hacerlo nuestra educacion, nuestra fuerza laboral y nuestros trabajos. Si queremos tener tecnologias innovadoras, necesitamos crear pensadores innovadores con la capacidad de comprender una variedad de campos.