En junio de 1932 se inauguro un salon de belleza en el Distrito VIII de Paris. Su interior Art Deco evocaba una clinica medica, aunque muy elegante, y sus mostradores de vidrio mostraban una nueva linea de lapices labiales, perfumes y cremas.

En la gran inauguracion, el publico se encontro con un espectaculo extraordinario: la esteticista de mediana edad que realizaba cambios de imagen era considerada por muchos como la mejor estilista en prosa de Francia. Los productos llevaban su nombre, Colette. La autora de 59 anos dijo que lanzaba la linea para salvar a las mujeres de los estragos del tiempo: “Se muy bien lo que se debe esparcir sobre un rostro femenino aterrado, tan lleno de esperanza en su declive”.

La belleza fisica siempre fue importante para Colette. Valoraba el cuerpo por encima de la mente, como sugiere el titulo de la excelente biografia de Judith Thurman, «Secrets of the Flesh», y creia que centrarse en lo fisico era esencial para escribir «como una mujer, sin nada moralista ni teorico». Inusualmente para una mujer de su epoca, Colette se adhirio a un regimen de ejercicio regular y fue una de las primeras en adoptar el estiramiento facial, luchando contra cada incursion del tiempo. Su arte reflejaba la lucha. En dos de sus libros mas famosos, “Cheri”, de 1920, y “The End of Cheri”, de 1926 —dos de los cuales aparecen este ano en dos nuevas traducciones al ingles en un solo volumen, de Rachel Careau y Paul Eprile— el tiempo es el gran antagonista. Colette escribe lineas sobre la piel de sus personajes para contar la historia de su desgracia.

Nacida en Borgona en 1873, Sidonie-Gabrielle Colette comenzo a usar su apellido cuando aun era una nina, imitando como los hombres usaban los patronimicos para inspirar respeto. Su padre era un excapitan militar con una pierna amputada; tenia un libro de memorias de doce volumenes encuadernado y titulado, pero, despues de su muerte, se descubrio que contenia solo paginas en blanco. La madre de Colette era la verdadera fuerza de la familia, una mujer progresista que consideraba idiotas a todos los maridos y metia obras de teatro en su misal en la iglesia, para tener algo bueno que leer. Cuando cumplio quince anos, Colette llevaba el pelo recogido en largas trenzas en forma de latigo. Tenia la intimidad de una chica provinciana con el mundo natural, un arraigo en lo fisico que mas tarde daria forma a su estilo.

Poco despues de su llegada a Paris, en 1893, Colette se corto el pelo y comenzo a vestirse androginamente, a veces con uniforme de marinero. Se caso con la celebridad literaria Henry Gauthier-Villars, un tipo depredador de la orilla izquierda felizmente inconsciente de que el no era el genio de la relacion. Empleo a un equipo de escritores fantasmas que produjeron novelas, poesia y resenas bajo muchos nombres, incluidos «Willy»; Fue bajo este nombre que Colette, en 1900, publico “Claudine at School”. Disfrazada como el diario de una mujer joven, la novela y sus secuelas aseguraron la fama de Colette, en parte gracias a la calidad de su escritura y en parte porque el publico, que se habia enterado de la extrana y hermosa autora de los titulos, asigno todas las francas admisiones de Claudine. a ella. Colette hizo poco para desenganarlos. Se divorcio de Gauthier-Villars, vivio abiertamente en una relacion lesbica, y trabajo como actriz de teatro, mostrando escandalosamente su pecho en una obra de teatro titulada “La Chair” (o, en ingles, “The Flesh”). En 1912 se volvio a casar, esta vez con Henry de Jouvenel, editor deLe Matin , un diario.

Detras del espectaculo publico, el artista trabajaba duro. Ademas de producir novelas, Colette fue periodista, informo desde el frente de batalla de la Primera Guerra Mundial y se desempeno como editora literaria en Le Matin , donde le dio a muchos escritores jovenes sus primeras oportunidades. (Su consejo a Georges Simenon despues de leer sus primeros cuentos: “No debes hacer literatura. ¡Nada de literatura! Suprime toda la literatura y funcionara”). cincuenta libros. 

El personaje de Cheri aparecio por primera vez en una serie de historias que Colette contribuyo a Le Matin.en 1911 y 1912. En muchas de esas piezas, es poco atractivo, incierto y desagradable, lo que no es ideal para un tratamiento de novela. Pero luego Colette lo hizo hermoso. En “Cheri”, cada uno de sus rasgos es seductor, desde “el arco exquisito de su labio superior” hasta sus “cejas satanicas”. (Cito la traduccion de Careau, que prefiero un poco a la version ligera y lucida de Eprile, aunque solo sea porque Careau parece mas comodo con los ritmos sincopados de Colette y su diccion ocasionalmente arcaica.) Su nombre de pila, nos enteramos, es Fred Peloux. Fue criado por su madre, una cortesana que amaso una fortuna antes de retirarse de sus labores sensuales. Fred crecio en un ambiente de “bellezas de cincuenta anos, cinturones adelgazantes electricos y cremas antiarrugas”. Su conocimiento del mundo exterior es limitado, pero, al igual que su autor,

Fred recibe el nombre de Cheri de su amante, Lea de Lonval, una cortesana de cuarenta y nueve anos que lo conoce de toda la vida y lo sedujo cuando tenia alrededor de catorce anos, despues de una breve temporada de acicalamiento en Normandia, en la que ella lo relleno con fresas y crema y lo hizo tomar lecciones de boxeo. Lea tiene el poder de la experiencia, Cheri tiene el poder de la juventud, y su asunto es un concurso para ver cual es mas vital. (Incluso su primer beso es como un combate, los dos se separan solo para medirse “como enemigos”). Al igual que su madre, que socava a todos los que conoce, Cheri siempre esta lista con un comentario fulminante. Pero Lea absorbe sus comentarios con aplomo y, cuando siente la inutilidad de su burla, se disculpa servilmente. Asi es como mas le gusta: “rebelde, luego sumiso.

Al comienzo de “Cheri”, los amantes se encuentran al borde del cambio. Es 1912 y Fred, que ahora tiene veinte anos, se ha comprometido. El esta haciendo un matrimonio sensato con una mujer joven llamada Edmee, por lo que el y Lea deben separarse. Este tipo de cosas le han sucedido a Lea innumerables veces, pero algo es diferente en Cheri. Tan pronto como el se va, ella siente un dolor misterioso. Su primer instinto es reirse como uno de sus insultos: «¡Dame una docena de estas penas, para que pueda perder dos libras!» no funciona Horrorizada consigo misma, se da cuenta de que estaba realmente enamorada de su «nino malvado». La fuga resulta igualmente dificil para Cheri. Mimado primero por su madre y luego por Lea, esta aburrido de su joven esposa inexperta y no tiene nada que ofrecerle.

Lea se va de Paris fingiendo que un hombre se la lleva cuando en realidad viaja sola. La noticia llega a Cheri, que espera celosamente su regreso. Finalmente, llega la noche, pero su reencuentro es un tormento; Lea y Cheri nunca aprendieron a estar juntas como verdaderas amantes, solo como rivales, y aunque cada una de ellas se ha dado cuenta por separado de su amor genuino por la otra, no pueden admitirlo, ni siquiera ante si mismas. Hay algo peculiarmente doloroso en ver a dos personas interpretar perfectamente su papel cuando no deberian hacerlo en absoluto. Eventualmente, se rinden a la «aterradora alegria» del sexo, y Lea se rejuvenece con los suenos de su futuro juntos; pero, por la manana, algo se rompe. Ella vuelve a ser su madre sustituta, y Cheri le dice, con un golpe que finalmente aterriza: “Contigo. . . Es muy probable que tenga doce anos durante medio siglo”. Lea se da cuenta de que se ha aferrado a el demasiado tiempo, como “un depravadomama .” Haciendo acopio de todo su coraje y negandose a dejarlo ganar la ultima ronda, le ordena que vuelva con su esposa. Nuestra ultima vision de Cheri es de el huyendo de la casa de su amante mayor, «como un fugitivo».

“Cheri” vendio treinta mil copias en el otono de su primer ano e inspiro a Andre Gide a enviarle a Colette una carta de elogio. («Apuesto a que el unico elogio que nunca espero recibir fue el mio», escribio.) Entre la publicacion en serie de esa novela y la publicacion de su secuela, Colette, en un caso inquietante de la vida imitando al arte, sedujo a sus dieciseis anos. hijastro de dos anos, Bertrand. “Invente a Lea como una premonicion”, escribio mas tarde. Asi como Lea acicalo a la adolescente Cheri, esta maman depravada le enseno a nadar a Bertrand, lo alimento abundantemente y le quito la virginidad.

El romance duro unos cinco anos, al final de los cuales Colette comenzo a escribir “El fin de Cheri”. Cuando retomamos la accion, es 1919 y Cheri ha regresado de la guerra. Su esposa, Edmee, se ha convertido en una mujer independiente que dirige un hospital para soldados heridos y esta enamorada del medico jefe. El matrimonio de Cheri y Edmee es sexualmente arido, orientado al dinero y las apariencias. “No tengo nada que temer de ella”, reflexiona Cheri, “ni siquiera el amor”. Afligido por la nostalgia del mundo de su juventud, se siente en desacuerdo con la sociedad en tiempos de paz. Los parisinos energicos construyen negocios durante el dia y bailan hasta la noche, pero a Cheri le disgustan “las jovenes viudas de guerra que clamaban por nuevos maridos, como victimas quemadas por agua fresca”. Se ha alienado incluso de su propio cuerpo.

Asaltado por el cambio, se detiene en una imagen permanente: Lea. Ahora tiene unos sesenta anos, una cantidad de anos que el encuentra «inverosimiles»: «¿Que habia en comun entre Lea y la enfermedad, Lea y el cambio?» Pronto se entera; la pieza central de esta secuela mas oscura es otra reunion insoportable. Cheri encuentra a Lea en casa. Se da cuenta de su «espalda ancha» y «el rollo granulado de carne en la nuca debajo de un cabello canoso, vigoroso y espeso», y sus brazos, «como muslos redondos», que cuelgan «separados de sus caderas, levantados por su circunferencia carnosa». debajo de sus axilas.” Si a la Lea de “Cheri” le aterrorizaba envejecer, ahora es modelo de aquiescencia: “Amo mi pasado. Amo mi presente. No me averguenzo de lo que tenia, no me entristece que ya no lo tenga”. Parte de la brillantez de la escena es que percibimos a Lea a traves de los ojos horrorizados de Cheri, que la consideran como si hubiera abdicado por completo de la feminidad, ya traves de los nuestros, que admiten cierta admiracion por esta mujer satisfecha, felizmente cotilleando y frecuentando restaurantes. Puede que sea aburrida y burguesa, pero es sana y orgullosa, mucho mas de lo que parecia probable al final de “Cheri”. Fue su bebe malvado el que estuvo en peligro todo el tiempo. La retirada de Lea hacia “una especie de dignidad asexuada” ha cerrado su ultima esperanza. Ahora el futuro es imposible, el presente es repugnante y el pasado ha perecido en la papada de Lea. Casi en coma por el anhelo, Cheri se precipita hacia el final prometido del titulo. considerablemente mas de lo que parecia probable al final de “Cheri”. Fue su bebe malvado el que estuvo en peligro todo el tiempo. La retirada de Lea hacia “una especie de dignidad asexuada” ha cerrado su ultima esperanza. Ahora el futuro es imposible, el presente es repugnante y el pasado ha perecido en la papada de Lea. Casi en coma por el anhelo, Cheri se precipita hacia el final prometido del titulo. considerablemente mas de lo que parecia probable al final de “Cheri”. Fue su bebe malvado el que estuvo en peligro todo el tiempo. La retirada de Lea hacia “una especie de dignidad asexuada” ha cerrado su ultima esperanza. Ahora el futuro es imposible, el presente es repugnante y el pasado ha perecido en la papada de Lea. Casi en coma por el anhelo, Cheri se precipita hacia el final prometido del titulo.

¿Por que Colette nunca ha sido mas popular entre los lectores estadounidenses? William H. Gass sugirio que esto se debia a que los estadounidenses, “aunque saben un poco sobre sexo. Prefiero no saber de sensualidad.” Lydia Davis, en su introduccion a la traduccion de Careau, se pregunta si tiene algo que ver con el hecho de que Colette sea una mujer, y “una que tiene fama de escribir principalmente sobre el amor”. Tambien parece posible que la vida escandalosa de Colette, que ayudo a hacerla famosa en Francia, no funcione tan bien aqui. Era una figura complicada y contradictoria, un icono de la liberacion que una vez dijo que las sufragistas merecian “el latigo y el haren”, y una aliada de los marginados que publicaba en revistas colaboracionistas durante todo el regimen de Vichy. Su aventura con Bertrand puede inspirar una especie de asombro por su audacia y apetito, pero no es ahistorico describirlo como abusivo, incluso si Bertrand, segun todos los informes, lo recordaba con carino. Una de sus amantes posteriores, Martha Gellhorn, senalo que Bertrand «simplemente la adoro toda su vida», y agrego: «Nunca entendio cuando estaba en presencia del mal». (Gellhorn parece haber estado pensando tambien en la entrevista amistosa con Adolf Hitler que publico en 1936).

En una resena de la traduccion de Eprile, Edmund White dice que Lea y Cheri “son los argumentos mas convincentes que conozco contra la correccion politica en la ficcion”. Condenar la seduccion de menores no me parece politicamente correcto, pero es cierto que el mundo de estas novelas no es realmente etico ni moral. Es un universo fisico despiadado, atado por los sentidos. Alli, el vinculo entre los dos amantes es, como dice Lea, “lo mas honorable que poseiamos”, y finalmente es destruido por algo mas poderoso que la belleza, el deseo y el amor: el tiempo. Incluso Colette se vio obligada a rendirse. “Estoy completamente asqueada”, le dijo a una amiga cuando le diagnosticaron artritis reumatoide en las caderas, la enfermedad que la convertiria en una invalida. La anciana Colette se vio obligada a aceptar las humillaciones de la edad, pero las victorias en la retaguardia aun eran posibles. Antes de fallecer el 3 de agosto de 1954, le dio a su criada unas ultimas instrucciones. “La gente no debe verme cuando haya muerto”, dijo, negandose a su viejo enemigo esta venganza final.